more on texas

Midnight rodeo dance hall: Me pusieron el sombrero texano los amigos de mi madre, nos armamos de valor y entramos a un escenario de película chafa. Me tropecé con la pista de baile, como de atletismo, pero de madera barnizada, dando la vuelta al antro, bordeada por la mesa continua de bebedores sentados en taburetes mirando con atención al flujo continuo de parejas bailando y avanzando al ritmo del famous Texan two-step. Qué alucine, parece que van patinando en hielo, que se mueve la pista, o que uno va al revés, como en los restaurantes giratorios. Parejas muy coordinadas, avanzando continuamente, con retrocesos y giros, negrotes con sensuales güeras, viejos con jovencitas, cowboys enormes con chicanas traviesas, niñas juntas, borrachos, todos circulando con sonrisa texana en ese carrusel musical que invita a participar. Claro, yo con mi madre, pero luego fui invitado por una texana de medio ver. Descubrí que bailar y avanzar es una sensación super refrescante, divertida, como de la prepa, obliga a inventar, esmerarse, y abrirse paso, exagerar, presumir y desaparecer, volver al principio. Hasta salí con planes de conseguir socios y abrir un dance hall aquí, pero sería el caos.

instant access

Entrar al imperio del horror immigracional por la ciudad mexicana donde recuerdan el Alamo tiene sus ventajas: todos hablan español, son camaradas y no hacen las preguntas tediosas y amenazantes de los otros aeropuertos. Y las colas son de máximo dos personas. Ya nomás haría falta conectar de allí al resto del mundo. Lástima que haya tan pocos vuelos. Vaya círculo vicioso.

macho kitsch

Fredericksburg es un pueblito lindo alemán de fines del siglo diecinueve, trepado en las colinas de Texas. A él llegan rudos gringos barbones, con brazos tatuados y melenas al aire, vestidos de cuero negro, con la babe abrazada atrás, en su Harley Davidson vintage. Lo curioso es que las tiendas locales, que son muchas, sólo venden los artículos más cursis y kitsch del planeta. ¿Cuál es la conexión? Sólo pude suponer que se avorazan sobre la comida alemana de los restaurantes locales, y que las carreteras que llegan al pueblo son divertidas para andar en moto. Qué contraste, afuera el amenazador ronroneo de las metálicas mascotas y adentro las más delicadas obras de porcelana, esferas navideñas y adornos dictados por imaginaciones perversas perdidas en mundos de fantasía infantil. Lo peor es que de tanto ver, uno termina seducido por la cursilería. Me salí con un cocodrilo verde chillante, de lentes y tacones rojos, con velitas en el lomo.

san antonio mexico

Es película de ciencia ficción, utopía futura, sueño de muchos, realidad cotidiana. San Antonio es el Estados Unidos de los mexicanos. Hasta las noticias en TV son dadas por mexicanitos pálidos con apellido normal tipo sánchez pérez gonzález etcéterez, y perfecto acento gringo. En las calles, tiendas, museos y demás, todos son de origen mexicano, pero con la sonrisa del que disfruta el bienestar gringo. Se comprueba que nuestros genes, bien nutridos, dan machotes corpulentos, como para filmar el imperio azteca, y delgadas morenas de ojotes que bien podrían vestir huipiles reales con suma elegancia. Manejan ordenadamente, tiran la basura en donde va, lavan sus coches y pintan sus casas, cuidan a sus niños y viven su fantasía gringa de lo más a gusto, extrañando el intenso panorama del sur, pero agradecidos de haberlo dejado atrás. Es lo más cercano a la idea de ir al cielo, supongo. No tan divertido, pero todo bonito.

cyberbullies!

Claro, no podían faltar. Y ya las escuelas americanas están ampliando el campo de trabajo de los psicólogos, para lidiar con el nerviosismo paranoico de los débiles, sujetos a ataques masivos de mensajes en el celular, fotos penosas circuladas en los blogs, canciones grabadas para la enamorada, que alguien más captura y circula por el espacio de web de música, robo del nombre usado en mensajes, para enviar apócrifos y comprometedores recados. Parece que el bully tradicional causaba enorme dolor corporal a su víctima, pero ésta se recuperaba pronto y la vergüenza de la moquetiza quedaba en el pasado. En cambio, nos dicen los expertos, la abstracción del cyberbully hace más penetrante y aterrador su ataque y es posible que los efectos nocivos duren años. ¿No exageran? Un mensaje se borra, pero un diente roto aparece cada vez que uno se cepilla los dientes.

thecorky.com

Creo que el tema del pene gigante ha fascinado más a los hombres que a las mujeres, sean ellos hetero u homosexuales. Se piensa en esos penes como una leyenda, algo poderoso, como la espada en la piedra, jeje, pero imposible. Y cuando surge uno en la realidad cotidiana, se electriza el ambiente. ¿Cuántos habrá en el mundo? Si en un sitio de internet con 8,000 hombres en línea promedio el pene de corky es el favorito de dos que hay, el suyo blanco y otro negro, se puede calcular algo a partir de allí? El sitio tendrá en suscriptores 5 veces las visitas en línea, o sea 40,000 hombres. EUA tiene 200 millones de habitantes, la mitad hombres. De esos, la mitad son niños y de la otra mitad, la mitad son viejos. Quedan 25 millones de hombres. Por regla de tres, si entre 40 mil hombres hay dos de pene gigante, en EUA hay 1,250, o sea 25 por estado. ¿Por qué no se anuncian? ¿Tienen su club? ¿Pensarán que quien los descubra enloquecerá? Y aún así me parece exagerado, deben ser menos esos seres privilegiados y esclavizados, al mismo tiempo, por un miembro que todos codician pero que tan difícil de portar debe ser.

Lo interesante del pene de corky es que su dueño no es el macho más cogelón del estado de Arizona, ni el más prepotente ni nada. Es un dulce y tierno diseñador gráfico, que vive con su pareja homosexual desde hace años, y tiene tal madurez de relación, que filma su pene en acción plena y fuera de dudas de fotomontajes o trucos, para el público insaciable que busca el pene más grande y poderoso, que nutra su fértil imaginación. Y el video es impresionante. Un pene grueso, muy grueso, duro, que se extiende en erección recta y completa hasta las tetas de su dueño, no es de tomar a la ligera. Sus dos manos suben y bajan por ese cilindro caliente y venoso, el antebrazo se arrima como gemelo, y en momentos el cuerpo de corky parece un apéndice del pene.

Siempre hubo monumentos a la virilidad masculina. Hoy, tenemos videos.

amaré los futuros

Un pequeño triunfo gramatical, consecuencia de la brevedad buscada en mensajes de celular escritos, o correos electrónicos, o de la prisa urbana, es el renovado uso del futuro simple, de las más bellas -¿desde cuándo?- conjugaciones en español. Los jóvenes sorprenden por su repentina elegancia y refinamiento.

Nada de voy a ver si voy al rato pero antes voy a mi casa para ver si me dan lana. Un presente continuo e incierto.

Iré al rato, pero pasaré a casa y me darán lana. Sencillo y directo, y decreta cómo sucederá el espacio temporal venidero.

ahora adopté un feto

I adopted a cute fetus from Fetusmart,
but I'm not really sure it's me,
although it's meant to be from March.
I wish it sang some underwater tune.

comer bien

Ayer me llevó Terry al Palm, como suele hacer los domingos que nos vemos. Qué rico es sentarse a disfrutar una buena botella de vino, ensalada super fresca, un new york cut perfectamente al punto, rojo en medio, rosa hacia las orillas y negrito durito afuera, con salsa bernesa espesa, hash brown suave por dentro y dorado por fuera, y luego un pay caliente de nuez con chocolate, helado de vainilla y café express. Lo malo es movilizarse después. Cual serpiente, a reposar.

lapsus de memoria

El creador del blog de cuyo nombre no puedo acordarme -por un breve lapsus- produce sin duda las más exquisitas fotos del blog world. Me fascina la nitidez de los detalles, el color iluminado por luces o soles escondidos, la micro escala mirada por un ojo de investigador científico. Bravo. Felicidades. (Al menos puedo comenzar por admirar otros blogs. Je.)

On blogging

Esto del blog puede ser muy peligroso. En vez de ponerme a trabajar, estoy pensando en temas que sirvan para este espacio. Por supuesto, no se me ocurre ninguno. Habrá que irse con cuidado, dejar que una zona nueva del cerebro se avive y busque sola, para nomás entrar, escribir, subir y salir. Je. La facilidad del e-mail es que va dirigido a alguien en particular y uno puede concentrarse en lo que le quiere decir, pero aquí es algo personal, una reflexión compartida, un deseo de revelar algo maravilloso sin cansar, ser simpático y original sin pasarse de lanza. Reglas explícitas que se van vislumbrando. En fin.

this is the real duck:

Hoy adopté una mascota

adopt your own virtual pet!

Cuento mío de una mañana gris

Sin azúcar

Azucena quiere azúcar para su café que se enfría, pero no tiene la decisión necesaria para levantarse por el azucarero de la mesa vacía de enfrente. En los minutos pesados que se recrimina una vez más su falta de carácter, vislumbra que la única otra persona en el café, un señor de traje sentado en la mesa de al lado, seguramente quiere hablar con ella, pero tampoco se atreve. Le da una emoción repentina descubrir que al menos en eso se parecen. Podrían llevarse, hablar de su soledad y, al hacerlo, deshacerla. Pero no, más vale dejar las ilusiones románticas a un lado; siempre surgen por cualquier tontería y terminan subrayando con más ahinco su eterna soledad. Mejor, mirar a la ventana, pensar en otras cosas. No pasa nadie por la calle. “Explotó una bomba, todos han muerto, menos este señor y yo”, se dice, con cierta ansiedad. Así, estarían obligados a conocerse. Cooperarían uno con otro para definir qué hacer el resto de sus días. Estarían encargados de regenerar la población. Ella Eva, el Adán. Y luego, el castigo. Tendrían que cuidarse de no ser echados del paraíso. El árbol del fruto prohibido en esta ocasión es esa triste planta en su maceta, sobre la repisa de la ventana del café gris, en la mañana fresca de una primavera citadina. Piensa con entusiasmo que su primera misión es poner esa plantita, la única que queda viva, en donde le dé el sol. Pero tendría que levantarse, seguro se tropezaría con las patas de la mesa, tiraría el café y el señor la vería burlón para luego largarse. Mejor se queda contemplando el café en su taza, aún más frío. “¡Adán se levanta! Viene hacia mí, ¿qué hago, qué me dirá, qué le dijo Adán a Eva cuando la vio por primera vez?” Azucena mira sin pestañear la taza de café sintiendo su pelo ondular apenas con la brisa del señor de traje que pasa junto a ella rumbo a la salida del lugar. Al oír cerrarse la puerta, se esfuerza por no dejar salir una lágrima, lágrima que acarrearía muchas otras, mar de lágrimas compuesto de la misma amargura de siempre. Mira otra vez hacia afuera, para distraerse, y la soprende la mirada intensa del señor que se había ido. La contempla, le sonríe, le hace hola con la mano. Con todo su orgullo, toda su dignidad, le pone cara de ofendida y vuelve a mirar su café. Se controla con todas sus fuerzas para no temblar y no volver a mirar. Pasan horas, días, años, envejece, le salen canas, pero no se mueve, hasta que llega el mesero y le pregunta si quiere más café. Pide la cuenta. Afuera, sólo pasan transeúntes.

¿para qué hice esto?

ahora no tengo las más mínimas intenciones de seguir con esta farsa. a nadie daré mi dirección y asunto resuelto. ni puedo ver qué estoy haciendo.