martes, agosto 24, 2004

amaré los futuros

Un pequeño triunfo gramatical, consecuencia de la brevedad buscada en mensajes de celular escritos, o correos electrónicos, o de la prisa urbana, es el renovado uso del futuro simple, de las más bellas -¿desde cuándo?- conjugaciones en español. Los jóvenes sorprenden por su repentina elegancia y refinamiento.

Nada de voy a ver si voy al rato pero antes voy a mi casa para ver si me dan lana. Un presente continuo e incierto.

Iré al rato, pero pasaré a casa y me darán lana. Sencillo y directo, y decreta cómo sucederá el espacio temporal venidero.

 

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