cyberbullies!

Claro, no podían faltar. Y ya las escuelas americanas están ampliando el campo de trabajo de los psicólogos, para lidiar con el nerviosismo paranoico de los débiles, sujetos a ataques masivos de mensajes en el celular, fotos penosas circuladas en los blogs, canciones grabadas para la enamorada, que alguien más captura y circula por el espacio de web de música, robo del nombre usado en mensajes, para enviar apócrifos y comprometedores recados. Parece que el bully tradicional causaba enorme dolor corporal a su víctima, pero ésta se recuperaba pronto y la vergüenza de la moquetiza quedaba en el pasado. En cambio, nos dicen los expertos, la abstracción del cyberbully hace más penetrante y aterrador su ataque y es posible que los efectos nocivos duren años. ¿No exageran? Un mensaje se borra, pero un diente roto aparece cada vez que uno se cepilla los dientes.