lunes, diciembre 19, 2005

and now, the lawn mower!


Acompañé a JP a entrevistar al dueño del changarro que acaba de importar las podadoras más rápidas del oeste y casi acabamos en emergencias, por mi culpa. Me vi como un Bush cualquiera, esquivando un hoyo y yendo directo a él, esperando el siga en Insurgentes y empujando a JP al tráfico. Yo acabé con rodilla torcida, él con mano sangrante. Diabólicas y veloces, en planito las Segway a uno lo llevan cual novicia rebelde cantando, pero sus giroscopios internos son tan sensibles que una pizca de susto exagera treinta veces la reacción y todo se va al trasto. Ya entrenados, zumbamos felices por las banquetas de Reforma hasta el caballito y de vuelta, en la asoleada tarde sabatina. Y quedamos adictos. Un coche chocó contra otro por mirarnos, los peatones veían dos ruedas pegadas a un palo y un tipo parado encima, sin caerse, y con cara de what trataban de entender la magia. Dean Kamen los inventó y ahora los promueve en todo el mundo para cambiar el aspecto del centro de las ciudades eliminando el anticuado y apestoso y voluminoso carro y movilizando a los peatones y proveedores de servicios (su picsa en segway) en la simpática tarima birrueda que avanza y se detiene con un insinuado inclinarse hacia delante o hacia atrás, movido por ese mecanismo futurista cargado por electricidad. Sí, por un par de horas, estuvimos en el futuro. Y se reproducen rápido. Ya los hay en todos los continentes. ¿Cortan pasto? Nel, y cuestan como mi Ka. ¿Valdrá eso avanzar rápido y sin hacer esfuerzo? Como dice la burla, pronto veremos a miles de gordos flotando en Segways. Y accidentados, porque tiene su chiste, aunque en los concursos ya están bien piquiux.

hyper cool (yo)


hyper dumb (bush)


hyper nerd (jp)


hyper stylish (tamara)


hyper hyper (raúl)


"órale, che gorda, ¡no tenemos todo el día!"

 

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