jueves, noviembre 17, 2005

Oh, come on, it can’t be!


La principal noticia de la nueva peli de Harry Potter es que el malvado maldito cuyo nombre no se debe pronunciar es nada menos que el más angelical de todos los actores ingleses, y lo hace estupendamente bien. Además, hay un nuevo personaje maravilloso que se quita y pone el ojo y demás órganos (¿qué trucos hará en la cama?). Y el director hace un buen trabajo, elevando aún más y a nuevos sitios de inglesa ironía la noble y espléndida creación de nuestro Cuarón en la de Azkabán. La queja es ahora la pobre actuación del pobre Harry, quien va perdiendo su encanto de niño y su atractivo es más bien verlo crecer y madurar conforme pasa la serie, solicitando el cariño del público para que se salve de los hechizos y de caer en el olvido cinematográfico. En cambio, sus dos amiguis, el bobi y la sabelotodo, parecen haberse graduado con mucho mejor calificación, si no de la academia del hechizo, sí de la escuela de actores. Sí, que sigan haciendo pelis de la serie, para no leer miles de páginas. Y con esto los dejo, amiguis del ciber, y me largo a la playa una semanita.

"Sí amiguitos, ¡soy maaaaalo!"

 

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