lunes, octubre 17, 2005

proud of nephew, proud of ex


¡Qué fin de semana de revelaciones! No mías, yo me la pasé de lo más tranquis, primero de supuesto observador en una subasta, de antigüedades que quería vender, donde finalmente no me resistí y alcé la manota con la paleta cuando anunciaron un cuadro de alguien más, supuestamente del XVII pero que con ser del XIX está más que bien, que me recordó uno increíble que teníamos en casa en Londres y que ahora mi ex novio inglés tiene colgado sobre la chimenea en su granja francesa al sur del Loire, y súper barato, y nadie más peleó por él, así que me lo llevé feliz y para compensar ya no salí a comer ni cenar todo el fin y cociné deli en casita, y me puse a leer y enterarme de que el hijo menor de mi prima Ale, la que se fue a vivir a San Antonio con el nuevo esposo gringo, fue seleccionado para jugar hockey sobre hielo en campeonatos escolares estatales y jugó tan bien toda la temporada, que ahora se está revelando como la máxima estrella y va para convertirse en profesional gringo –que cobre mucho, espero- como tiburón recorriendo el océano desde Australia hasta Sudáfrica (porque los que llevaban radio transmisor ya llegaron, según el National Geographic que también me eché), aunque espero que no sufra muchos golpes en esa dura profesión, porque hasta le quedó guapetón a mi prima. Y la otra sorpresa fue de mi ex compañera de fiestas y reventones, feliz con su nuevo amante potencial . Me contó que estaba tomando un cafecito de lo más fresa en el bar del Four Seasons con unas amigas, cuando unos galancetes llegaron a hacer propuestas ligadoras, pero estas perras en un pestañeo los mandaron a volar, sólo que otro gringo sentado cerca dijo que él también quería acercarse pero no se atrevía. El caso es que se cayeron bien y el güero ha resultado un perverso de lo peor en sus mails y llamadas, y es nada menos que el autor del Código da Vinci, el tal Dan Brown. Yo pensaba que era un gringo todo mojigato y en realidad es uruguayo y tan mal hablado como mi amiga Leticia, a quien ya sentencié para que no lo deje ir, pues me urge que se coloque entre los escritores internacionales de mucha lana, por eso de que si un día me hace falta, pos ya recurro a ella. Hasta me siento deportista y famoso.

"Leti, conste que siempre te quise"

 

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