pastel de queso
Fui con JP al centro, al evento del milenio: comer del cheesecake más grande del mundo en el claustro de Sor Juana (no, no estuvo sobre nuestra plancha de hielo más grande del mundo, que hubiera estado mucho mejor). O sea, ¿qué tiene que ver el cheesecake con México y con el centro, y conmigo? (y, ¿qué le sucede a Ebrard con su impulso texano? Alguna falla mecánica interna?). Quise suponer que Sor Juana tenía una receta secreta para tal postre, recién descubierta en excavaciones del sótano del instituto, pero no, nos informaron que viene en el librito de recetas de queso Philadelphia, y no requiere horno, sino grenetina. Y ps, este, como el refri disponible era nomás del tamaño de un cuarto normal, tuvieron que hacer el pastel redondo pero bien profundote, o sea medio metro de queso, con lo que servir una rebanadita mona a cada uno de los glotones formados horas al sol, con todo y base de galleta y cubierta de fresa, les costó a los chefs cavar con pala entre tanto queso crema, un peso de 2,200 kg. digno de Guinness. Y sí, luego de irnos ya me enfermé de la panza, así que debe seguir el Alka Seltzer más grande del mundo, para todos los comensales. Ese evento sí urge.