new dish: squirrel

Interesante que las razones ecológicas contradictorias aceleren la notoriedad de un platillo. Así sucede en England, my England, donde las ardillas feas grises gringas han invadido el terreno (¿venían en los barcos, las trajeron de pets?) de las ardillas locales lindas rojas tipo Beatrix Potter, y se ha autorizado, no, encomendado encarecidamente, con apoyo de estadísticas, la caza feroz de esas bestias. Pero he aquí que alguien descubrió que su escasa carnita tiene un sutil sabor de las nueces que tanto comen, y pratapum, se ha hecho el plato de moda en los restaurantes británicos. Los quejosos dicen que tiene demasiada grasa, y los tristitos que cuánta crueldá, pero lo cierto es que se me antoja probar. Lo hacen como el pato pekinés, o en terrine con almendras, o con tocino y hongos en casserole más típica para el conejo (pos es lo mismo, cute pero plagosos), y en las carnicerías venden ardilla ya sin piel por 2 libras. Emms, ¡hazme una!
"muere en la hoguera!" "me prefieren, lero lero!"

"osh, algo le falta, quizá el puré de papa"