martes, octubre 17, 2006

Time –and money– for megajets


Poseer un jet normal para empresarios, como el Lear, Gulfstream y demás, tan simpáticos y prácticos con su pequeña escala y 8 o 16 asientos, ya no es suficiente para demarcar la diferencia de status. Lo de hoy es lanzarse por uno de los grandes aviones comerciales, como el 737, el gigantesco 747 (nomás para presidentes y sultanes árabes) o el más nuevo de todos, el fabuloso 787 Dreamliner, que presenta Lufthansa Technik en la feria de aviación en Orlando, con interiores totalmente renovados y equipados para clientes exigentes. El avión cuesta US$ 150 millones salido de fábrica y vacío (los de aerolínea traen 250 asientos pero fuchi de güeva), y Lufthansa Technik te lo deja de lo más cool por otros US$ 50 millones. El precio incluye sala de cine, recámara con cama grandota, baño con vista al mar, cocina de restaurante, comedor y sala, pero no todo es lujo dorado. Además hay quirófano con todo lo último y cirujano con asistentes, pues uno puede hallarse de safari en las planicies de Djibouti y envenenarse con una serpiente horrible o de plano caer con infarto en el polvo y ps no es onda ir a meterse a un hospital para negritos. Pero además de habitaciones extra para la bola de asistentes, hay pajar para los caballos y garaje para los coches. No hay que salir de casa sin ellos.

"¿P-pero no hay otra peli? Mejor que hagan strip los pilotos."

 

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