martes, marzo 14, 2006

the horror of babies


Con mi recién adquirida sensibilidad por haber cumplido medio siglo ocupando espacio en el planeta, bebiendo su agua, comiendo sus animales y frutos y doing number 1 and 2 en su superficie, me afectan más las estadísticas de cuántos somos, que indican qué pocos fuimos hace poco y cuántos seremos dentro de casi nada. En 1900 había 2,000 millones de habitantes en toda la Tierra, luego de 5,000 años de historia escrita desde la civilización china y demás pueblos. Sólo 60 años después, en 1960 nos convertimos en 3,000 millones, pero todavía pude acampar en playas vírgenes con mares cristalinos y horizontes infinitos. Menos de 40 años más tarde, en 1999, en el mismo siglo, nos duplicamos, con 6,000 millones. Ya se sentía la amenaza del tráfico constante, los vuelos saturados, el creciente costo de lo bueno y su escasez dentro de una superabundancia de lo malo y artificial. Apenas a trece años de entonces, en 2012, tendremos 1,000 millones más, y para 2050 se prevén 9,000 millones de seres humanos únicos e irrepetibles, cada uno con sus DVD’s, MP3, cels, TV’s y demás gadgets, muchos de ellos hambrientos e histéricos, liberados de culpas morales y religiosas y asesinando por ocupar un espacio, nutrirse, gozar de los avances de la civilización, generar su propia teoría de la existencia, basada en sus lecturas chafas o cultas, e insistir en su derecho inalienable de vivir, ¡vivir! Nuevos estudios indican que esta capacidad y urgencia para pelear por subsistir viene cableada en nuestros genes y se pone en uso desde que uno se está formando como ser independiente en su hogar placenta dentro de la madre. Si le faltan nutrientes, el feto, verdadero enemigo, inyecta en la circulación materna sFlt1, proteína que aumenta la presión sanguínea y obliga al exceso a entrar a la placenta. Esta bolsa a su vez genera extensiones que se enganchan al sistema nutritivo de la madre, para robarle ingredientes. Como escena de Star Wars, pulpos androides atacando a la nave. La madre o Starship pelea con este monstruo que se ha generado en sus sistemas internos, y apaga y enciende la capacidad de diversos genes del feto, los cuales a veces se quedan así de vida, como autistas o esquizofrénicos. Es un balance muy delicado de dar y quitar, y el feto hereda el agresivo trueque natural. Que también involucra qué tanto se cree uno como ser pensante una teoría espiritualista que le da importancia como personita con alma y por tanto libertad y capacidad para decidir, y cuánto puede aceptar de una física fría que determina todos sus movimientos. Oh, ¿qué será, cómo será, cuánto será?

 

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