martes, enero 17, 2006

whirlwind weekend


El viernes, comida con Astro en la deliciosa y baratísima Marisquería de Parras, hablando de sus nuevos artículos sobre moda, asolearse, consejos de amor, para revistas de jóvenes. Al anochecer, miles de mezcales mineros, de cajeta y de café en La Botica de Campeche, con JP, Tamara y Raúl, discutiendo el caso de la pilla psicóloga acapulqueña que plagió el blog de Gonzalo, para terminar sin JP y con tacos exóticos en el Farolito, peleando a causa de King Kong (si en los cortos sale toda la peli, para qué verla, dice Astro, el asunto es ver cómo te presentan la historia, responde Raúl). El sábado, magnífica comidota de cebiche con pera y kiwi, pescado a la veracruzana con piel tostada, margarita de tamarindo con chile, en el Águila y Sol de Moliere, con Terry y su duquesa Daniela, la que estudia en Parsons en NY y fui a visitar en Octubre, quien disfrutó con Astro los detalles perrísimos del concurso de TV de diseñadores de moda. De noche, después de varios capítulos del genial Arrested Development, que nos prestó JP, fuimos a la hiper peda fiestera del gracioso y simpático y muy popular Xamiru, quien llenó el Don Keso de Amsterdam de amiguis y nos llenó de cerveza de barril, mezcal y tequila, en lo que yo escuchaba grandes opiniones de Nick (el Papa debe ser el más gay de todos; la iglesia católica debe ser abiertamente gay; jamás confiaría en la opinión de un heterosexual frustrado por no poder casarse ni coger. En cambio, un gay resuelve su sexualidad con compañeros de oficio, y objetivamente puede opinar sobre problemas matrimoniales, por ejemplo, pues no le atañen y los analiza racionalmente), y luego las de otra Tamara, quien se ha integrado totalmente a la vida judía, desde haber vivido en un kibutz en Israel hasta convertirse en la directora de relaciones públicas del grupo ashkenazi de México (de tierras hebreas emigraron a Italia y de allí a Europa oriental, para crecer a ocho de los trece millones de judíos en el mundo hoy), y las de la tremenda Conflictiva de Tijuana, con su risa estruendosa (mi misión es apoyar a los gordos, que bajen de peso y se sientan bien; por cierto, prueba mi tratamiento con hielo, ¡bajarás esa panza en semanas!). De allí nos fuimos Mar, Astro y yo a los delitacos de Califa, para dormir a gusto. Crudos y lentos pero hambrientos, el domingo nos llevó Terry de nuevo, esta vez al China Grill del Camino Real, a saborear manjares mandarines, para luego reír con la argentina loca que lleva seis años con su obra Surrealismo y tiene sketches en verdad chistosos (tensión feminista al teléfono, de verdad, no, de verdad, y no te cruces de brazos, se te atora el chacra mi vida). Antes de dormir, bebimos JP, Astro y yo café en Starbucks de Tamaulipas, yo Frapuccino espresso, y conversamos sobre los ligues de la semana. Y anoche, oh, no, fui a beber martinis con Sonia al W, después de admirar su cuarto todo excéntrico y moderno en el piso 6, y cenamos tacos de arrachera y pizza de aceituna negra con queso de cabra en lo que un amigo periodista nos contaba las hazañas de su libro sobre uno de los guerrilleros más conocidos de Colombia, desaparecido desde la publicación de la biografía y que el autor me da a traducir. ¿Me veré amenazado por la CIA, los narcos, la esposa? Miedo (espero que al menos me baje la panza de tanta ingestadera). Y esta noche, concierto en Bellas Artes.

"¿habré tomado demasiado café? ¿me falta más café?

 

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