get rid of all that!
Estoy furioso con Caroline, me ganó el espacio de Sotheby's en NY para mi garage sale, y eso que acabé de sacar ropa vieja y cuadritos desgastados y vasos rajados antes que ella. Bueno, mis 14 bolsas y cajas llenas a reventar se van en mi Ka (no sé cómo) a Cuernavaca para adornar la venta de jardín de mi mamá, tradición anual entre sus amigas, que se pasan el día chacoteando, bebiendo y seduciendo a los transeúntes para que se metan a comprar cosas inútiles. Pero es increíble lo que se gana (no los 35 millones de dólares que ganó Caroline de la venta después de que murió su mami, Jackie O., pero algunos miles de pesitos sí), a pesar de exponer cosas como "piedra con raya verde recogida en playa del Pacífico" -mejor, digo, que "charola de plástico de la cocina de los Kennedy en Hyannis Port". En fin, como dice el catálogo, fotografiado como para Ralph Lauren (claro, si él copia el look de las casas de los ricos del este), lo que se vende son las memorias que llevan los objetos (no sé quién me recuerde en Cuerna), pero pagar 700 mil dólares por unos palos de golf, por más presidenciables que fueran, es de locos (¿quién fue? ah, Schwarzenegger), aunque eso me inspira para pedir 700 pesos -ó 7- por mi visor de buceo con el que vi los tiburones dormidos en Isla Mujeres. Tiene monograma HET, como el JOK de la ropa vieja que se encontró Carolina en un closet de visitas y que la inspiró para esta nueva venta después de la muerte de su hermano. ¡Sale!