those sweet beasts
Aunque el proceso haya sido sumamente lento (cien años), da mucho gusto ver resultados positivos en el intento humanitario de salvar y proteger a las ballenas francas, pobrecitas ellas, tan feas que son, y tan fáciles de cazar. Por eso se las acabaron a fines del siglo 19, si siempre están cerca de la costa, son lentas y bobas, y están llenas de grasa y enormes huesos, bienes muy codiciados en la industria ballenera de la época. Se prohibió su caza en 1935, cuando quedaban sólo 100, y a duras penas se ha recuperado su número, de tal forma que hoy hay unas 300 y quizá 400, con 30 o 40 bebés nacidos en estos meses. Supongo que en realidad están celebrando con júbilo (y sexo) lo mal que le va financieramente a ese bicho horrible que todo invade, si bien algunos individuos sean buenas personas.
"mami, ¿nunca podré sonreír?" "¡Calla y nada!"
"I know I'm from the future, that's all"