dear coraline

Fuimos el viernes a ver Coraline, pero había olvidado que debe verse en tercera dimensión (pretexto para volver, pues la amé tanto y hay mil detalles a disfrutar). Lo maravilloso de salirse un poco del universo pixar y disney es admirar mundos distintos, igualmente seductores y sorprendentes y con cierto aire de otredad agradable y novedosa. Fue un ir descubriendo situaciones sorprendentes y disfrutar la “magia” del cine tal cual, como un evento no antes visto, reforzado por un ruso anticuado jefe de circo, las viejitas ex vaudeville, la casa victoriana. La chica es linda y lista, feíta e inadaptada, atrevida y miedosa (me recordó mi infancia) y finalmente resuelve todo sola y crece. Claro, también debo buscar la versión en inglés, pues Dakota ha de hacer la voz perfecta, aunque la versión en español estuvo bastante bien, creo. De allí nos pasamos a otro mundo ficticio, la fiesta de JP, donde el depa se ha vuelto un espacio abierto de paso para todos los vecinos. La fiesta es continua y los personajes se van sustituyendo casi inadvertidamente. ¿Quién sería el yo de luego de media noche? Paso por el Soul porque lo iban a cerrar, encuentro con amiguis chistosos, y ya, a cenar al Califa antes de dormir todo el sábado.