the Norah Vincent thing
Leí un libro muy interesante de esta escritora gringa que se disfrazó de hombre un año y medio para investigar cómo se portan los hombres cuando no están con mujeres y entender cómo se perciben hombres y mujeres cuando interactúan. La primera conclusión, claro, es que una mujer nunca podrá ser totalmente exitosa en su disfraz de hombre, pues será percibida a lo sumo como hombre gay, lo que sucedió en este caso, aunque no siempre. A pesar de ello, hay observaciones válidas, como el saludo fraternal que se dan los hombres y que las mujeres carecen, que indica aceptación implícita al grupo, sin preguntas, o el hecho de que los hombres sí tienen sentimientos, pero se cuidan mucho de expresarlos, aunque hay una percepción muy veloz y escondida de lo que le ocurre a cada uno, y el apoyo se da casi imperceptiblemente, pero existe, a diferencia de la exaltación de los sentimientos por parte de la mujer y su necesidad de explayarse y ser escuchada. A Norah le dan penita los hombres por su sentido permanente de responsabilidad llevando el mundo en sus hombros, de incluso verse obligados a resolver los problemas de las mujeres a exigencia de ellas, el miserable trato de la mujer que busca galán y de entrada reprueba a todos los hombres, y la prohibición de expresar emociones y contar con el apoyo paternal. Finalmente, Norah es feliz de ser mujer y descubre un rango enorme de expresión femenina en ella, a pesar de ser lesbiana y haberse creído demasiado masculina para ser mujer. Buen experimento, como cuando yo me disfracé de mujer para una fiesta y vi con sorpresa lo alejado que estaba de pasar por mujer, por más afeminado y emotivo que me había creído.
"Nomás me pegué los pelitos de la barba"
"Pero éstas me las tuve que aplastar"
"Self made man, en cualquier aerop!"