DF weekend
Qué interesante fin de semana, primero en el desayuno que le ofreció Terry a Abraham Zabludovsky, quien pidió que me incluyera en la lista (éramos pocos, con Fofo, Nanuc y Debbie) y platicó de lo más ameno sus puntos de vista de varios temas. Qué voz llena de tonalidades, qué humor inteligente y duro, que divertida visión del mundo, dinámico en su participación y próspero en sus finanzas. Lo envidio. Temas de Abraham: lo exótico ya no es India ni África, si todo eso se parece a México; lo exótico es Finlandia, Dinamarca, lugares limpios donde todo funciona y la gente es bonita. Moisés Saba era el Paris Hilton de la sección de finanzas de los periódicos mexicanos, alguien que nunca hizo nada y se la pasaba opinando de temas que ni conocía (Terry dijo que al menos siempre se podía contar con él para los asuntos de filantropía), y todos los otros que ya olvidé. El menú gigante y muy rico: queso derretido con especias árabes, las cremas de garbanzo y demás, chilaquiles en salsa verde, huevos ahogados en salsa roja con rajas, frutas de la estación de Cosamaloapan, y café turco. Voló el tiempo y luego yo, para llegar desde la punta de Bosques a la orilla de Contreras donde vive mi Tía Chata con otras viejitas, en un lugar elegante rodeado de miseria. Los chismes de los primos, sus hijos y nietos, los guapos y sus carreras, de las viudas que comparten su vida y el menú (ese día fue sopa de tortilla, carnitas molidas aplanadas con nopal en ensalada y arroz con acelgas) me hicieron disfrutar mucho la visita, tanto que una vez más tuve que huir antes de que se oscureciera en tan inhóspitas regiones. Y el domingo el desayuno en Sanborns de viejitos con el prematuro JP, para comentar el tema de la noche perversa y caminar al Munal a ver cuadros de la historia pictórica de nuestro país, en el edificio complejo pero atractivo. La chela y las papas y croquetas en el centro España y a casa, a hablar con Lau y desearle suerte en su operación de hoy. La llamaré mañana a ver qué tal salió todo.