martes, junio 24, 2008

Banned cigarretes reinstated


Celebramos el cumple de Laura (y el de Judit pero no fue por enfermedades horribles) en el nuevo restaurante La Cigarrera, y aprendí un capítulo más sobre la vida capitalina del porfiriato, pues el lugar está en lo que fue la sala de exhibición de la Cigarrera El Buen Tono, la primera en fabricar con máquina y sin goma miles de cigarrillos para el público mexicano, lo que hizo al dueño Ernesto Pugibet un hombre muy rico, y de ideas avanzadas, más o menos, como adquirir las máquinas más novedosas y ofrecer mejor salario y servicio médico a sus empleadas, quienes con sus delicados dedos empacaban los cigarros muy elegantemente en cajitas diseñadas en la misma empresa, aunque sin pronunciar palabra en 12 horas, pues el patrón francés tenía su casa en la misma fábrica y amaba el silencio. Y todo esto se lo cuentan a uno en lo que se decide por las picaditas de tuétano, super guau, y la lasaña de huitlacoche, excelente en verdad, y bonita y pequeña (el chile también estuvo bueno, de sabores puros, pero picaba mucho, y la torta ahogada ni se diga). El anillo de flor que le traje a Laura de Vancouver fue muy exitoso y reímos mucho con las ocurrentes tonteras de los comensales (P, A, D, N, et al). Quiero celebrar más.

Bistro, para pasar la tarde y rememorar

"Niños, bistro viene de ándale ándale en ruso."

Oskar, chef de La Cigarrera

 

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