time for atonement
Se estrena el viernes (en EUA al menos) la versión fílmica de una de mis novelas favoritas (y la leí hace poco, o sea que la recuerdo, ¡con todo y detalles!), el mejor de los libros del prosista inglés Ian McEwan, Atonement, que además de ser una historia de amor muy intensa, con una interesantísima variante de la tradicional fórmula shakespeareana de R&J (la familia lo desprecia, ella lo quiere, él muere), se trata de una invención de la realidad de la vida de la escritora misma y de su familia, en particular de su hermana. Pero sobre todo es una labor de expiación de la culpa de la autora por su tontera infantil que causa la tragedia. La complejidad del desarrollo y la elegancia literaria de esta joya dejan una sensación similar a comerse el chocolatito más delicado y fino de la caja de regalo traída de San Francisco (jeje, se llaman Rechiutti y son fantasmagóricamente maravillosos) y disfrutar el sabor que permanece en la lengua minutos enteros revelando sutilezas desconocidas, hasta que se da un trago de whisky (el que me regresé porque el esposo de mi anfitrión es ex-bebedor y ps nomás no iba el regalito) que lava todos los recuerdos y se presenta una realidad mucho más cruda, como sobrevivir una guerra sin tener idea, sufrir hambre y desolación y refugiarse sólo en las palabras escritas en una carta de la amada. La alucinación, el ferviente deseo de alterar el pasado, los anhelos de lo que no pudo suceder, la inteligencia de reconocer los errores, la misma elegancia perdida de la vida de los ingleses al final de su imperio, todo da mucho para pensar. Y la película promete, pues rebasa en realización lo que uno puede imaginar de vidas tan distantes. ¡Vive le cinéma!
"Yes, I am the fabulous Keira Knightley, baby, come peel ME a grape sometime!"