jueves, noviembre 08, 2007

good old san fran


No conocía y me gustó mucho mucho. Es una ciudad chica, linda, llena de arquitectura interesante y comida deli, y fuera de que Hugui no fue conmigo, me la pasé súper y me hubiera gustado quedarme a vivir allí, un tiempo, así nomás. Hay miles de casitas que uno mira y dice podría vivir aquí, y las vistas hipnotizan, aunque he de confesar que el colmo de ir allá es no ver el Golden Gate. Lo busqué y lo busqué y no lo busqué. ¡Maldita neblina! Esa sí que es en serio. No ves tu mano si extiendes el brazo. Pero hubo días de sol y calor, sobre todo en Sausalito, maravilloso pueblito sofisticado donde me descongelé luego de cruzar en barco a mil bajo cero. Lo sensacional es tanta propuesta oriental en comida, y accesible, cuánta cosa rica que no tenemos acá, hasta los burritos (gigantes) son ricos (comida completa con arroz, frijol, salmón, lechuga, queso, crema, guacamole, salsa, por 5 dolarucos, mmm) y todas esas tiendas llenas de cosas raras (erizos de mar y aletas de tiburón y hongos de mil formas), además de los chocolates más ricos del planeta, que siguen una tradición y evolucionan hasta la luna (y carísimos, a 2.50 el cuadrito). Quiero volver, con Hugui, y quedarme un buen para recorrer todas esas calles empinadas y beber todos esos vinos y comer todos esos dim sugs, y ser muy liberal y entender el mundo desde esas colinas privilegiadas que han producido pensadores y activistas avanzados.

"Se hacen los mejores chamorros, tú camínale"

"Este sí es el templo del commerce, ¡a comprar!"

"Hasta las ruinas fake salen bonitas acá"

"Lo que se vería si no hubiera neblina"

 

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