something to do, seriously
Nunca se había registrado en el polo norte una masa de hielo tan pequeña como la de este verano. Por lo tanto, como cada vez habrá más agua y las ciudades costeras quedarán sumergidas en el calor tropical, lo de hoy es ir a las ferias más sofisticadas de yates, como la que pasó en septiembre en Montecarlo, la más importante y avanzada de todas, a desembuchar los ahorritos en algún yatecín de lux, con todo y los juguetes que el comprador más exigente requiere: helicóptero y submarino, ps porque si no, qué aburrido ir nomás allí en el barco sin poder bajar a investigar qué onda y volar por cigarros o botellas de un buen vino. Los europeos que no compran yate de todos modos tienen la costumbre de visitar las ferias, nomás para ver qué tanto rico compra y qué tan fastuosos son los lujos, para saber qué tan bien anda su economía general. No, ps yo sé que con mis gastos recientes (la fiesta diaria con el hugui), la mía no dejará ni para ir a la feria de Vallarta. Oh depresión.
"Hace como 25 años que no voy, toda una vida..."
"¡Pero yo lo quiero con menos banderitas oigan!"
"¿Sólo 2 millones de dólares por el juguete?"
"De este sí quiero dos, pero en plateado."