jueves, noviembre 22, 2007

proyecto vallarta


Bueno, pues después de tanta vuelta, ya estuvo la remodelación del depto con vista al mar. Claro que falta la segunda parte, para el año próximo, cuando haya más fondos, para cambiar camas, lámparas, sillas y demás elementos decorativos, agregar uno o dos o tres cuadros maravillosos y alfombras ricas para los piecitos atormentados por las piedras playeras. Y en ambos viajes, uno de diez horas por carretera con mil bultos y el otro ya de una hora en avión muy cucos, me acompañó mini me, quien además dio sus opiniones y por tanto quedó plasmada su participación en los muros del lugar (el color tequila de la recámara grande es suyo). Trabajé mucho, gastamos muchísimo y nos divertimos en grande, si bien con demasiada bebida, en los antros (una noche tres chicas inglesas decidieron desnudarse por completo y correr a la alberca y echarse al agua al aplauso de todos) y en escapes por lancha a lugares remotos, con la brisa fresca y el sol tranquilo. Además comimos deli deli, como en el Barcelona de tapas maravillosas (canelón frío de atún, gambas al ajillo), el Agave Grill de mexicana moderna (camarones a la vainilla, chiles y aceitunas) y el Kit Kat de tailandés origen (la sopa de coco con pollo es un manjar). Ya fue todo eso y lo extraño con pasión. Estoy viendo si empeño algo para volver pronto. Sí, ¡con Hugui!

"Así quiero el cuadro, ¡pero en abstracto!"

"(¡Te digo que odio que me tomen fotos!)"

"Sí, la isla de Gilligan se queda corta"

"(¿Son las olas o las cervezas de anoche?)"

 

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