sábado, enero 15, 2005

thank you, Mr. Maersk!


El Slim de Dinamarca, el hombre más rico de ese diminuto país, dueño de barcos de carga que recorren el mundo llenos de contenedores llenos de cosas que integran el comercio globalizado, decidió regalar a su país una casa de ópera, pues no había ninguna. El regalito, de 442 millones de dólares, se inaugura hoy y les quedó padre. Claro, allí a caballo regalado todo mundo le mira los dientes, incluso el mismo arquitecto, quien declaró que odia su proyecto porque el viejito de 91 años insistió en cambiar la fachada, que ha sido comparada con la parrilla de un Pontiac 55. Y la vecina, la reina Margarita, que tiene su palacio al otro lado del río y ahora despierta con el brillo de ese monstruo en frente, se quejó del vulgar techo, cubierto con cien mil hojas de oro. Pero los que sí están contentos con el regalo son los artistas, que se declararon muy agradecidos y fuera de la política. Y parece que los daneses en general tambien lo aprecian, pues están vendidos los asientos de todos los espectáculos del año. A ver si el Slim de acá decide regalarnos algo. Con tanta llamada de Telmex, dona del Globo y chapata de Sanborns que hemos pagado, merecemos ciertas atenciones. Hey, Charlie, Denmark's calling!

 

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