young people's jobs
Me fascina la nueva realidad de los jóvenes nerds. Jugaron con sus videos locos en la infancia ignorando la severidad de los grandes, fueron a escuelas científicas por su facilidad para programar en computadora, se drogaron con lo que estaba de moda y ligaron y fajaron con quienes estaban de moda y ahora viven en el Chelsea de NY, caminan a Nolita (north of little italy), compran su café en el Starbucks y enfrente bagels con queso crema, uno con mermelada de cereza y otro con salmón, se instalan en su oficinita de renta barata, conectan avanzadas computadoras que obligaron a sus padres regalarles y activan los programas complejos que desarrollaron divirtiéndose, para hablar con las maquinitas que andan dando vueltas muy cerquita, ¡en Marte! Nada de la Nasa y científicos de lentes gruesos y cara de preocupación, encierros de meses alejados de la esposa alcohólica, desesperada en su abandono. La nueva era es cool, sencilla, down to earth, aunque el objetivo del trabajo esté en el cielo, más lejos que nunca. Los chicos ganaron con su ingenio los contratos para operar una bola de taladros, rastreadores, cavadoras, en fin, la base para la investigación sobre la consistencia de nuestro planeta hermano y el inicio de muchas teorías sobre nuestro origen como seres vivos en un universo enorme lleno de misterios.