let's get physical!
Me pregunto cuál pandillero escribió esta cariñosa notita: ¿Qué haces, ballena congelada, pedazo de alma ahumada, seca y enlatada? Seguro es de Astro a Sardina. No, quizá de Leandri a su adorada Champi. O de la venenosa Diminui al inocente Merbi, o de éste a JP Swank, su cuate de céntricos bares. Más bien Cobayin me la envió a mí, como muestra irreverente de su capacidad de integrarse al grupo. Pues no, es de Einstein -el científico y no integrante de la pandilla basurilla- a los 26 años, como empleado de patentes en Berna, a su cuate Conrad, maestro de matemáticas en Schaffhausen, contándole, con aire muy juvenil y optimista, que había terminado de escribir tres papeles de física: uno para verificar la existencia de los átomos en un vaso de agua, otro en el que deduce el tamaño de las moléculas, y el tercero, que llama muy revolucionario, en el que describe cómo la luz se comporta como partículas, en vez de las ondas aceptadas hasta entonces. Con este último trabajo, Einstein ganó el premio Nobel de física en 1921 y fundó la mecánica cuántica. Pero el angelito le contaba a su amigo de otro estudio, que modificaba la percepción del espacio y el tiempo, lo que hoy conocemos como la teoría de la relatividad. El año milagroso de Einstein fue 1905 y a cien años, la ONU declara 2005 como el año internacional de la física. Así que a establecer relaciones físicas con pasión, como aconseja el joven gurú del siglo XX, y a darle, a darle, que el universo se expande.