On clever women

Me impresiona mi amiga Leticia, quien hace unos diez años, harta de tener jefe, le hizo caso a su cuñado y abrió su propia compañía. Es muy fácil, decía él, y ella, no, horror, ¿cómo se empieza? El caso es que la compañía es un hecho, tiene empleados, paga impuestos y le va mucho mejor ofreciendo cursos de adaptación de empleados y jefes a su trabajo. Paga por servicios y se queda con la mejor parte. Y me impresionan todas las mujeres que han hecho de su habilidad un negocio, como la tal Norma Kamali, nombre de marca con una personalidad fuerte detrás, que sigue sobreviviendo. Ahora tiene una línea para vender en Walmart (talk about adapting) y fue la primera en hacer abrigos de sleeping bag (literalmente se paró al baño en un campamento y se envolvió en el suyo y dijo, le faltan las mangas y vualá). Pero lo que no entiendo es cómo puede tener 63 años, diez más que yo, de muchísimo esfuerzo, seguro, y se ve joven y reluciente. Tai chi, ahí voy.
"Oh, sí, tuve grandes ideas"

"Chicas pobres, ya estoy en Walmart!"

"(Nunca le diré a nadie mi otro secreto)"