domingo, marzo 23, 2008

hail the blue pill


Como dice yahoo news, este mes se cumplen diez años de la introducción al mercado de la maravillosa pastillita azul en forma de rombo, que he aprendido (después de que casi se me botan los ojos por la presión) a cortar en cuatro partes para tener una erección a gusto, que por la edad, la fumadera, el alcohol, los nervios y miedos, los desajustes emocionales y demás barreras que se anteponen, no siempre se logra una noche de pasión como debe ser. La descubrí en Río, donde los jóvenes no se detienen ante nada para divertirse y, junto con todo lo demás que consumían, se echaban una viagra para que sus noches fueran de verdadero carnaval. Supe entonces que no era cosa de viejos y ya de vuelta me atreví a pedirla en una farmacia nocturna sin curiosos. Para mi sorpresa, ya nadie requería receta, sólo money (bastante, resultó ser), y había cajita de una o de muchas, así que luego de probar su incontrovertible resultado volví por muchas. Es irónico que se haya descubierto por error, buscando algo que regulara la presión arterial; cuando los que se sometían a pruebas se rehusaban a devolver las pastillas sobrantes, algo andaba muy sospechoso. Claro, en casa eran felices con su sexo. No digo que la necesito siempre, sino que me ayudó a vencer asuntos acumulados y ahora me las arreglo casi siempre bien, pero no está de más tener una guardada.
"¿Me habré pasado de dosis?"
"Sí, hugui, tómatela ya!"

 

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