foot gloves
Lo de hoy ya no es llevar esos armatostes pesados y a punto de ser psicodélicos o naves espaciales que inventaron los nikeosos en su imparable competencia con los enemigos adidos y conversos, y ellos mismos, cada vez con más color y más colchón y aire para despegar. Hoy se usa el guante de pie, suave y delicado y diseñado para correr hasta la meta en un maratón (entrenamiento y agua no incluidos). Un solo maratón, diría yo, con eso del desgaste. Lástima que la ciudad tenga obstáculos menores como los chicles escupidos de banqueta, los vidrios de botellazo de borrachis, y al cruzar, los clavos para llanta de coche, y el calor del pavimento.
("yo nomás me pinté el pie, jijiji")
("yo nomás me pinté el pie, jijiji")