martes, octubre 31, 2006

babel babel tall & treble


Película madura, visual y emocionalmente de alto impacto. Me gustó mucho. Es la realidad así tal cual, feroz y sin maquillaje, aunque sutil y delicada. Pero la discusión que tuve anoche con mi compañera de butaca era que para mí, más que tratar sobre la incomunicación, trata sobre las malas decisiones: la estupidez que nos invade cuando estamos alterados y nos lleva a hacer exactamente lo contrario de lo que deberíamos si fuéramos inteligentes, nomás tantito. La teoría de Laura era hermosa en verdad, y la admiré más aún porque es la que le expondrá al mismísimo Arriaga en la entrevista que le hará muy pronto. Por tanto no puedo mencionarla. Por tanto lo haré, como ejemplo de mi punto de vista de la peli, aunque no creo que tenga consecuencias desastrosas, como las de los pobres personajes de un escritor tan fatalista y malévolo (aunque debo aceptar que la vida es así, nos cae el chauiztle de a grapa). Para ella el tema es el control que todo ser humano cree tener sobre su vida, y lo fácilmente que lo pierde cuando altera el entorno, pues el entorno es una bestia, creada por la falta de comunicación, que a su vez surge de la falta de confianza. O hay demasiada confianza para compensar errores pasados (dejar encargados los niños a la nana porque no fuimos capaces de cuidar a nuestro primer bebé) o ninguna (maten a los niños y luego pregunten qué hacían con un rifle). Todos desconfiamos del otro. No lo entendemos, sospechamos lo peor. En fin. Lo urgente es que Brad se ve viejito (¿se lo acabó la big lips?), Cate casi no luce pero hasta su cuello actúa con intensidad, los japoneses pueden parecer bestias peludas, las bodas mexicanas son de terror, y geográficamente el desierto es lo más triste (ése). ¡Quiero pastillas japonesas!

viernes, octubre 20, 2006

a night with ute


Para los viejitos como yo la onda no es ya ir a zarandearse con 300,000 güeyes al compás de la rola que tocaban en el radio antier, sino sentarse cómodamente en la oscuridad de un ambiente de cabaret, pedir copas y canapés y disfrutar a la diva evocadora de un pasado nostálgico, en este caso la Alemania de la Weimar Republik y la genial y maravillosa Ute Lemper, que brillaba en su blancura teutona bajo luces de mil voltios y se reía con el público de sus chistoretes y ligues del momento, siendo anoche las diseñadoras gemelas mexicanas Claudia y Marinara, según las apodó y que tanto picaron su curiosidad erótica durante toda su presentación. ¿Por qué es tan tremenda? La fascinación siglo veintera post guerras inauditas por todo lo alemán, la belleza y presencia dietrichiana de esta vampiresa, estar cerca de una vampiresa, una vampiresa que lo dice todo, como sus deseos de mujeres, y de hombres ricos, pero sin ellos, pero aparte de toda ella en su persona, pues principalmente por oírla cantar y dejarse seducir por sonidos cargados a tope de otros lugares, otras épocas, otras sensaciones, que tejen la complejidad cultural del mundo, nos ofrecen una respuesta y nos alivian, como dice su letra, de la depresión de la realidad cotidiana. Desde las burlas cabareteras de los aconteceres políticos de los años veinte y de ahora hasta los lamentos de sonoridad apabullante de los nómadas en los desiertos árabes, pasando por las tristezas optimistas en yiddish y las trágicas comprobaciones de amor de los cincuenta franceses muy de la Piaff, la mujer es un espectáculo electrizante que uno quisiera continuara y continuara para que su influencia y la del vodka y la de la guapa y amable y picareta Laura hicieran brillar la noche para siempre en mi memoria de amores.

martes, octubre 17, 2006

Time –and money– for megajets


Poseer un jet normal para empresarios, como el Lear, Gulfstream y demás, tan simpáticos y prácticos con su pequeña escala y 8 o 16 asientos, ya no es suficiente para demarcar la diferencia de status. Lo de hoy es lanzarse por uno de los grandes aviones comerciales, como el 737, el gigantesco 747 (nomás para presidentes y sultanes árabes) o el más nuevo de todos, el fabuloso 787 Dreamliner, que presenta Lufthansa Technik en la feria de aviación en Orlando, con interiores totalmente renovados y equipados para clientes exigentes. El avión cuesta US$ 150 millones salido de fábrica y vacío (los de aerolínea traen 250 asientos pero fuchi de güeva), y Lufthansa Technik te lo deja de lo más cool por otros US$ 50 millones. El precio incluye sala de cine, recámara con cama grandota, baño con vista al mar, cocina de restaurante, comedor y sala, pero no todo es lujo dorado. Además hay quirófano con todo lo último y cirujano con asistentes, pues uno puede hallarse de safari en las planicies de Djibouti y envenenarse con una serpiente horrible o de plano caer con infarto en el polvo y ps no es onda ir a meterse a un hospital para negritos. Pero además de habitaciones extra para la bola de asistentes, hay pajar para los caballos y garaje para los coches. No hay que salir de casa sin ellos.

"¿P-pero no hay otra peli? Mejor que hagan strip los pilotos."

lunes, octubre 09, 2006

i want this diamond!


Lo quiero, pero así, sin toda la pulida cursi que le hacen, aunque sea por el asunto de que las inclinaciones de los cortes hacen brillar a la piedra y bla bla bla... Como para tener de piedra de la buena suerte. Si ésta que encontraron ahora en Lesotho es de 605 kilates, imaginen el monstruo Cullinan, de la que sacaron a fin del siglo XIX el diamante central de la corona británica, en su apogeo imperial, que pesaba 3,600 kilates y era del tamaño de una bola de boliche, aunque usted no lo crea. Yo, no.

 

Powered by Blogger