new destinations

Como la mera idea de la playa causa pánico total y sudoración extrema, se buscan nuevos destinos, como este flamante y hermético hotel que abrió sus puertas en Atlantic City, Nueva Jersey, cuyo concepto es no salir de allí hasta el día de largarse, y pasar el rato apostando en los enormes salones de juego, comiendo manjares de todo tipo, bebiendo hasta la inconsciencia, comprando en las múltiples boutiques de cosas carísimas y retozando hasta la madrugada en habitaciones súper confortables y llenas de almohadas de plumas. Claro, se necesita visa gringa. Pero no hay terremotos, los terroristas van a plazas más famosas, los huracanes pasan de ladito y desgastados, y seguro hasta descuento hay por novedad, como en el metrobús. ¡Y miren qué chulo candil rojo en el fuallé! Y qué chulo me vería con la última moda de París, llena de lenguas famosas de los Rolling. Come to my room and see me sometime! (ja, si no creo que esté allí). Sin embargo, sigo pensando en París, ah, la belle ville, donde la amenaza nomás es el costo, como en el resto de las Uruapas. ¿Por qué París? Pues además de que cualquier pretexto es bueno, leí que reabrieron la Cinematheque Francaise, promotora de la nouvelle vague en los 50, en su nueva ubicación, un edificio noventero de Frank Gehry, en Bercy, en la XII, abandonado por su original dueño en quiebra, The American Center, y adaptado para mostrar filmes a todas horas, archivar cine de lo más valioso y exponer temas interesantes, como la comparación de pintura de Renoir el pintor con pelis de Renoir el cineasta -e hijo del pintor. ¡Oh! Qué bella época creativa esa. Lo nuevo se ve mejor en París, y lo viejo ni se diga. Y en vez de chicles, expendios automáticos venden libros. Tres chic!

"No cierre, tengo boleto. Se atoró el cahiers du cinema!"

bliss/fear

La noche que me enteré de la oficialidad real de mi suposición fantasiosa, les tomé esta linda foto a los nuevos enamorados en mi casa. Bueno, en semanas de amor ya llevan siglos, como casi un mes. Y mañana los veré de nuevo, y buscaré los cambios, desdichas (aparte de la imposibilidad de obtener visa gringa para arrasar con NY en diciembre), arrugas, canas o dobleces mal planchados, dietas no llevadas, ilusiones desechas, promesas olvidadas, después de tanto ajetreo pasional, pero sobre todo las mejoras, la confirmación de la razón de sus decisiones y la continuidad de placer. Y eso me llevó al recuento de su primera fuga tortólica en Cancún, en aquel entonces tranquilito y asoleado y que ya está siendo azotado por las enaguas más lejanas de la tal Wilma, que fúrica y amenazadora se acerca a nuestras costas. Mi hermana me informa que las olas debilitaron la terraza del Señor Frogs, que administra, en la playa de Playa del Carmen, y que seguro se perderá, como muchas cosas más, mañana que se asome la señora esta malhumorada. Seguro la hizo enojar Fred. ¿Pero dónde esta él para que le grite? Wilmaaaaaaaaaa!

"Pero si allí mismo nadábamos en las olitas"

proud of nephew, proud of ex

¡Qué fin de semana de revelaciones! No mías, yo me la pasé de lo más tranquis, primero de supuesto observador en una subasta, de antigüedades que quería vender, donde finalmente no me resistí y alcé la manota con la paleta cuando anunciaron un cuadro de alguien más, supuestamente del XVII pero que con ser del XIX está más que bien, que me recordó uno increíble que teníamos en casa en Londres y que ahora mi ex novio inglés tiene colgado sobre la chimenea en su granja francesa al sur del Loire, y súper barato, y nadie más peleó por él, así que me lo llevé feliz y para compensar ya no salí a comer ni cenar todo el fin y cociné deli en casita, y me puse a leer y enterarme de que el hijo menor de mi prima Ale, la que se fue a vivir a San Antonio con el nuevo esposo gringo, fue seleccionado para jugar hockey sobre hielo en campeonatos escolares estatales y jugó tan bien toda la temporada, que ahora se está revelando como la máxima estrella y va para convertirse en profesional gringo –que cobre mucho, espero- como tiburón recorriendo el océano desde Australia hasta Sudáfrica (porque los que llevaban radio transmisor ya llegaron, según el National Geographic que también me eché), aunque espero que no sufra muchos golpes en esa dura profesión, porque hasta le quedó guapetón a mi prima. Y la otra sorpresa fue de mi ex compañera de fiestas y reventones, feliz con su nuevo amante potencial . Me contó que estaba tomando un cafecito de lo más fresa en el bar del Four Seasons con unas amigas, cuando unos galancetes llegaron a hacer propuestas ligadoras, pero estas perras en un pestañeo los mandaron a volar, sólo que otro gringo sentado cerca dijo que él también quería acercarse pero no se atrevía. El caso es que se cayeron bien y el güero ha resultado un perverso de lo peor en sus mails y llamadas, y es nada menos que el autor del Código da Vinci, el tal Dan Brown. Yo pensaba que era un gringo todo mojigato y en realidad es uruguayo y tan mal hablado como mi amiga Leticia, a quien ya sentencié para que no lo deje ir, pues me urge que se coloque entre los escritores internacionales de mucha lana, por eso de que si un día me hace falta, pos ya recurro a ella. Hasta me siento deportista y famoso.

"Leti, conste que siempre te quise"

married to bond?

¡Qué buena noticia! En mis fantasías de teibolera refinada harta de soportar gordos sudorosos, soy Gwyneth Paltrow y me salva el nuevo James Bond, el delicioso rudo inteligente y guapo y misterioso Daniel Craig, y nos casamos como en Sylvia, la peli pseudo intensa por tratarse de la poeta histéricamente incomprendida de los cincuenta, pero cruel es el destino porque allí la Plath debe morir como pastel, horneada, por su propia voluntad, a pesar de vivir con el escritor mango inglés Ted Hughes, aunque ya en la tumba, pues acepto ser Lara Croft o la de los labios de masa universal, si es Daniel quien me lleva de la mano. En Londres ya lo consideran lo máximo del siglo XXI. Y parece que estuvo saliendo a escondidas, mmmm, con mi amiguita súper linda y sepsi Sienna Miller, tipo flirteos-causa-celos-a-Jude-por-eso-se-fue-con-la-nana. Don't stir, shake it!

"Hugo, pélame, ¡ve cómo sufro!"

northeastern weekend

Llego en la tarde, me recoge Larry en Newark, me lleva al Sheraton en la 7a y 51, dejo mis cosas en el 1414, paso por la nueva tienda de L. Vuitton en la 5a, impresionante, miro maletas y carteras y zapatos, me pruebo un reloj, camino a la tienda de Titi de ropa antigua en la 75 y Madison, saludo, sigo por chocolates y merengues a la Maison du Chocolat, regreso mirando aparadores estrambóticos de haute couture, bebo 3 gin tonics con Tanqueray en el Bar Americain, platico con el barman irlandés, quien es actor y saldrá con alguien famoso, regreso al hotel a cambiarme, corro a Milo’s a encontrarme con Daniela y sus room mates, comemos maravilloso y fresco pescado a la griega con botella de Pinot Grigio, tomamos taxi a Soho, nos da sueño en un terraza bar pululante de hombres jóvenes, regreso a dormir. Desayuno café y merengues de caramelo, camino al Time Warner Center, recorro los estudios de CNN, compro shampoo en Sephora, playeras en Armani, un sweter en Banana, como un sándwich de pollo en una deli, llego al MOMA con Jaime y Daniela y recorremos los maravillosos espacios admirando impresionistas y corrientes nuevas, caminamos hambrientos a Serafino’s en Madison y 65, comemos capellini de calabaza y ensalada de la nonna, soufflé de chocolate, admiramos a una mujer mayor exótica de sombrero y guantes, con todo y liveried chauffeur en Rolls, compro trufas de champagne en Teuscher, cruzo por el Rockefeller Center al hotel, me cambio, me sigo al NY film festival en el Lincoln Center. La película es el centerpiece del festival, inglesa, de Neil Jordan, el del Crying Game de antaño, se llama Breakfast on Pluto, con Liam Neeson, quien llega, y un nuevo irlandés de ojo azul que hizo de hiper malo en Batman y aquí es travesti. Muy buena historia y ejecución. Dejo la plática postfilmera y subo al bar del nuevo Mandarin en el piso 35 en Columbus Circle, platico con una mujer de Montenegro, guapa, de ropa cara, intensa, que me cuenta su infancia en la guerra de separación de su país yugoslavo, quiero tomarle una foto y se enoja porque le recuerdo al esposo muerto. Se va. Llega la pareja establecida gay, reímos, platicamos, me ofrecen su depa en la 73 para la próxima. Cierra el bar, nos despedimos, camino al 24 hr bistro, ceno un croque monsieur derretido, con media de Pinot Noir, me regalan un brandy, luego dos más, platico con la pareja dueña de sus caminos recorridos, regreso al hotel. Despierto cansado, me llama Daniela, empaco, me baño y visto, salgo a un taxi con maleta, me lleva al City Bakery en el Village, desayuno con ella salmón, hojas verdes, huevo crema, café latte, cupcake, litros de san pellegrino, caminamos a su piso, lo admiro, llega Larry, me lleva al aerop, bebo cerveza, compro libros, leo, ceno, llego. Desempaco, me baño, me duermo.